Diversos casos de maltrato animal consternan a la ciudadanía
¨No creo en el concepto de infierno, pero si lo hiciese, pensaría que está lleno de gente que fue cruel con los animales.¨ Gary Larson
En los últimos días se han registrado diversos incidentes de maltrato animal o, mejor dicho, de actos de crueldad contra animales ejercidos por distintos individuos. Un tipo que -alegando un mal día- mató a patadas a una oveja. Otro golpeó a sus perros en una azotea valiéndose de una parihuela y continuo indiferente a pesar del lamento de los mismos. Otros 2 sujetos acecharon animales silvestres en parques zoológicos, ante la ausencia de personal que los cuide.
En realidad, la agresión hacia animales no es nada atípico en nuestra sociedad. La novedad es que estos casos se han podido registrar -y desde ahí- viralizar y luego denunciar. Habiéndose vuelto mediáticos, serán perseguidos por la justicia para que no queden impunes. Sea como fuere, se puede destacar dos aspectos clave.
Por un lado, asombra lo enraizada que aún está la cultura de violencia en las personas, así como la idea de cosificación de los animales. En lugar de reconocerlos como seres sensibles, parecen recibir el trato de cosas u objetos. Más aún, para algunos cobardes, los animales son el blanco perfecto en la medida que no tienen voz para acusarlos. Por ello, son las víctimas silenciosas de quiénes descargan cruelmente su frustración. Salvo que haya algún testigo humano, la impunidad está garantizada.
De otro lado, y aunque parezca contradictorio, cada día existe menos disposición por parte de la ciudadanía en aceptar la violencia contra los animales. En efecto, dichos casos resultan indignantes. Como indica el célebre Peter Singer, en la escalera de la injusticia, ¨los animales ocupan el peldaño más bajo¨, dado que no pueden defenderse por sí mismos. No en vano son los seres sintientes más explotados del planeta; especialmente los animales considerados de granja, que -día a día- son torturados -en masa- por la ganadería industrial.
En cualquier caso, es importante hacer notar que maltratar animales no solamente es socialmente repudiable e inmoral, sino también ilegal. Desde el año 2016, con la publicación de la Ley No. 30407 ¨Ley de Protección y Bienestar Animal¨, se incorporó en el Código Penal el delito de abandono y actos de crueldad contra animales. Anteriormente, esto sólo era una falta, pero desde hace 8 años -que entró en vigencia dicha ley- está tipificado como delito en el artículo 206-A, sancionándose con cárcel por 3 años y hasta 5 años en caso que el animal muera debido al acto de crueldad.
De hecho, en virtud de esta normativa, el año pasado un agresor de animales fue condenado a 18 meses de prisión efectiva, tras acuchillar a una perrita, que sobrevivió. Este caso marcó un notable precedente que esperamos los demás jueces de nuestro Poder Judicial observen en casos similares.
Sin embargo, la gran mayoría no conoce esta ley y sus implicancias. Incluso se tiene registro de policías y autoridades que desconocen esta normativa. Esto explica que, en ocasiones, policías -insuficientemente capacitados- rechacen denuncias de agresión a animales, creyendo que no se está ante un delito.
Al respecto, decepciona la pasividad sino apatía del gobierno por difundir los alcances de esta legislación, incluso hacia sus propios efectivos del orden. Son muy pocas las municipalidades que capacitan a su Serenazgo respecto a la Ley de Protección y Bienestar Animal. El Ministerio de Educación, responsable de fomentar el respeto y la protección animal, también brilla por su ausencia. Igualmente, el Ministerio de Desarrollo Agrario no fiscaliza el cumplimiento del bienestar animal por parte de la industria ganadera o que respeten las guías de buenas prácticas pecuarias que ellos mismos aprueban.
Por todo esto urge un llamado de atención a nuestras autoridades. Debemos recordarles que ellos son los primeros obligados en respetar la ley y, en última instancia, nos deben rendir cuentas. Están para servir a la nación, que está integrada por toda la ciudadanía. De modo que si estamos hartos de la crueldad hacia los animales, son ellos quiénes deben afrontar esta problemática, siempre que así se los exijamos.
Como decía el escritor checo Milan Kundera, ¨la verdadera prueba moral de la humanidad, su prueba fundamental, consiste en sus actitudes hacia aquellos que están a su merced: los animales.¨
Sin duda están a nuestra merced, pero también nosotros estamos a merced de la ley, y en caso que la violemos debemos asumir las consecuencias y sanciones que impone.
Mientras tanto, cobra vigencia la reflexión del médico vegetariano y premio Nobel de la Paz en 1952, Albert Schweitzer, para quién ¨mientras que el círculo de compasión no abarque a todos los seres vivos, el ser humano no hallará la paz por sí mismo.¨
Dicho de otro modo, no tendremos paz mientras haya violencia. Sobre todo si esa violencia es ejercida hacia los seres más indefensos, que requieren nuestra voz para poder defenderse.